sábado, octubre 29, 2011

a dos manos

No es que deba guardar silencio
por esta vez intentaré no decir
nada que tenga que ver con las
patricias que dudaron una vez
de mis versos escritos hace
exactamente un año.

No debo expresar ni demostrar
en el verso la serpiente
que rodea mi cintura
que se ata a mi cintura
como queriendo poseer
casi nada de leo que no tengo.

Tento en mis manos
un silencio agónico que se aproxima
tengo en mis dedos una
caricia suave de tu espalda
tengo en mis retinas
una imgagen tuya que me corroe
y eso que fue hace aproximadamente
cinco meses un día con 20 minutos
y treinta segundos de un abrazo.

Espero que hayas leído los libros
el G. de Belly y el otro el
de un poeta casi anónimo de
estas tierras vascas que
también anónimas
nos poseen con su historia.
Me poseen con tu historia.

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