La trampa de la mangosta
La miseria de los miserables
Solo se la come la mangosta
Ella deambula por la orillas de las chabolas
y se apresta para quitarles
La única comida que tienen.
En sus medios regocijos de ternera
Y un poquitín de tortilla
con sal, y un puñado de café
que se calienta bajo
el sol en las lumbreras
de medianoche.
Y ahí la mangosta
despacio, rasca la tierra
los harapos de las chabolas
y se come lo único que guardan
Los miserables.
Espectacular. Que manos tienes para la poesía ;)
ResponderEliminarMuuuuuuuuacks!
y se come lo único que guardan
ResponderEliminarLos miserables...¨
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El fuego de estas palabras quema al lector.
Es como una arenga, en medio de la selva.
Rebelión pura, y pasión entera.
UN GRAN SALUDO.
qué real, qué fuerte, qué movilizante este poema...
ResponderEliminar¿qué hacemos?
¿mantener a las mangostas alejadas?
¿no vivir en chabolas?
¿tener más comida?
¿qué solución podemos darle a la miseria de los miserables?
no quiero que su poca tortilla con sal, su café y su ternera sean robados por mangostas ladronas...
me muero en la impotencia de saber que el mundo mira la vida de otra manera, que mucha gente quiere un mundo mejor pero mucha otra gente se conforma y reproduce éste en el que vivimos, éste que es tan desigual...
me muero de angustia muchas veces al día, muchos días a la semana...
y sin embargo voy por la calle con mi sonrisa pensando en que el mundo debe cambiar y no sufrir, no quiero que me vean sufrir, quiero que vean que los que queremos que las cosas cambien somos personas sonrientes... pero hay días que me cuesta la sonrisa...
un beso querido amigo
Pues yo si pronuncio tu nombre y me gusta mucho la poesía social quehaces. Felicidades
ResponderEliminarY CUANDO LA MANGOSTA ES GRANDE...Y RICA...MÁS DAÑO LE HACE AL POBRE.
ResponderEliminarBESITOS.
Triste y desgrarrador poema...un placer leerte.
ResponderEliminarUn besito con cariño.
sentido, llega...
ResponderEliminarbesotes.
buena semana.
cariños.
Tremendamente real.
ResponderEliminarImágenes que te devuelven a la miseria
del mundo.
Un abrazo