Estas allí inerte
como esperando
algún atisbo silencioso de caricias
mis manos humedecen
al calor del sol
y se enfrentan al frío
de un invierno que reseca
de igual modo la piel.
Estoy casi inesperando
absorto y concupicente
como esperando quizá
las cosquillas de un águila
que me lleve de regreso al sol.
25/03/10
lunes, abril 11, 2011
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