sábado, julio 08, 2006

Viviendo de los cristales rotos.

“pides tantas cosas
y yo sigo a manos rotas”
alejando filio



I

si hay algo que pueda hacer
en este momento aciago
es pedir disculpas,
es pedir mil veces disculpas,
aunque pidiéndolas
ya no consiga el efecto anestésico
de la ternura, ni de la cordura.

porque si he de ser sincero,
los besos de hoy
son sólo excusas
para seguir amando...

mientras que ayer esos mismos besos
eran deseo bulímico de nuestros cuerpos
que recién alimentaban
la concupiscencia de todos los día.


II


y hoy estos mismo labios,
lengua y saliva
ya no son el néctar
de ese gorrión que descansa
en el balcón.
ya no lamen ese minúsculo
rincón que son sus labios
desde que me dí cuenta
de que estaba solo,
caminando descalzo
por estas sendas
que ya no existen.


III

hoy no soporté la calamidad
sincera del agobio
ni las caricias del viento
que llegó esta mañana
por eso huí como el gorrión
de los cristales rotos
volando al encuentro
de un no sé qué cansino amor.

no entiendo porque la lluvia
tiene que tener la última gota
en este día domingo que recién termina
o que el gorrión sea el culpable
de no haber podido descifrar
su pertinaz encuentro de su monotonía.

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