miércoles, abril 30, 2008

el suicidio

- Por fin, lo he decidido, esta noche a las dos de la madrugada, me suicido - dijo con un golpe seco en la mesa-. No quiero que me moleste nadie, advirtió. Dejaré la nota cerca de la ventana para que la lean todos, y sepan porque me suicido - bebió el último trago de vino, se limpió la boca, miró por última vez a todos abrió la puerta y se marchó. Nadie más lo volvió a ver hasta pasado un tiempo. Apareció convertido en Mariposa. Realmente no era un suicidio pero él así lo entendió.

miércoles, abril 23, 2008

Dónde está

Dónde esta mi poesía
el transeúnte de papel
que colorea mi espalda
que acompaña mi estigma
solitario en estas cuatro ventanas
que me muestra el rostro del amanecer.

Dónde esta el sentimiento
que aguijoneó mi alma
cuando no había muerto el día
¿será que mis lágrimas
son sólo la muestra necesaria
de que sigo vivo y amando?

Dónde está el paladar que
me secó tus labios
el beso que nos ofreció
la mandrágora, mientras
tú me decías que no.

Dónde esta la noche
en que un niño de la calle
no duerme en su cama
porque no tiene ni las ánforas
de su madre que le calme
la sed de una caricia...

miércoles, abril 16, 2008

Pronto estará el tiempo

Pronto estará el tiempo
suficiente, analítico y sencillo
para construir de la nada, todo
y hacer del todo, todos.
Un enjambre hermoso
de la comedia.

viernes, abril 11, 2008

me enredo en mis versos

Me enredo en mis versos,
presos mis dedos
de mis versos
fácil es confundir
el verbo de las palabras
que enjutas se
quedan en mis labios
como acariciando
la superficie existencial
de las ánforas alucinantes
del despido fatal
de un tiempo
inoportuno de Segismundo.

martes, abril 01, 2008

si lees, déjate llevar.

Enmudece el tártalo
al otro lado de la barra.
con ojos inquietos
arrumba su pocilga con sus manos
mientras me da de beber
el puñal que tiene en el esófago de sus manos,
transpiro como un sonámbulo
tras los asientos de los que no me muevo
mientras escucho el latir de
una guitarra al fondo de la taberna...
todos cantan en desafino
pero no importa.

Y vuelvo el oído trasnochado
mientras mis manos pasan página tras página
imaginando todo lo escrito en un instante,
mis ojos se pierden en sus letras.
La novela que leo en este bar
se ha convertido en algo
parecido a los sueños que
soñé siendo aún, un pordiosero de la poesía.

Sigo sorbiendo el vino
que me ofreció mi amigo el "tártalo" de mote
por sus brazos y manos pelos y un ojo en su cara,
sonríe como adivinando mi partida imaginaria
no impide las sonrisas por un momento.
la cuchara que ofrece antes de remover,
con sutiliza, el mojito cubano,
que le da a una amiga
endulza con avidez la bebida
que todos piden en la barra
de este pequeño bar incrédulo a mi realidad.