lunes, noviembre 27, 2006

El sacrificio de escribir o el placer de escribir

según...

De que me sirve leer, escribir, si mentalmente me estoy mortificando por cada palabra que busco. Y encuentro otras que en vez de atinar lo fino, afino sin atinar. Lo importante en el arte de la lectura y la escritura, y sobre todo, en la escritura, es que las palabras vengan solas. Y que sean ellas las que soliciten - llamando a la puerta - de la sabiduría incierta. La entrada a nuestro arcano imposible. Para que construyan verso a verso lo que ellas quieran.

Lo mas importante, que lo que se escriba, llegue de la misma manera que se ha tardado en elaborar sentimientos y sonrisas. Cuando las neuronas trabajan es porque - de nuestro interior y del exterior - vienen destellos que inoculan en nuestra memoria atisbos inconfesados. Y de pronto sin decir nada. Ellas - las palabras - disfrutan haciendo el amor, con uno mismo. Mientras ellas se regocijan de que la sensación en el cerebro es esa... una masturbación en toda regla se manifiesta explícita en nuestra manos. Cuando el clímax de esas caricias es el fin. Entre palabras, cerebro y letra... la entrega ha sido brutal, necesariamente placentera. Ese es el sacrificio de escribir. Qué placer.

2 comentarios:

  1. El placer de escribir lo placentero.

    Son tus manos las que juegan con tus ideas, eres tu quien pronuncia su nombre y lo convierte en música.

    Las notas y las palabras, mientras se colaban entre cuchicheos por mis oidos, hacen el amor en algún sitio de mi cuerpo, escondidas...

    Esto fué ayer

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  2. Anónimo2:45 a. m.

    muy bueno! He sabido de tu página por un Franciso Jiménez un escritor boliviano. Contáme por qué seguís exiliado? o hablás de un exilio emotivo, ese que padecemos casi todos...
    Un abrazo,

    Nora

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