No sé si el viento
llevó mi voz,
tampoco sé si la
distancia acortó mi ayuda.
Sólo sé
que esta tarde,
las alas,
y con ellas
he sentido
la necesidad
de ser ave,
y volar.
Y en vez de
trasladarme al sur,
subir al norte,
cruzando el mar
y con las alas
llegar a ese encuentro
abrazar con mis dos
alas a mi hermano
y llevármelo a mi refugio
el de los vascos.
jueves, marzo 08, 2007
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