jueves, abril 14, 2011

Las heridas.

Las heridas se han vuelto a abrir
no las cierra ni el tiempo ni los terremotos
sólo nos queda la espera,
mientras el elefante se pasea
como adivinando la distancia
que hay entre tanta injusticia
y la utopía que sigue deambulando
cuál elefante enfurecido.

Las heridas siguen silentes
recordándonos que la miseria
tiene los mismos rostros,
no se abren las puertas del averno
para que nos muestre los rostros
de quienes yacen inertes en él,
ricos epulones, generales, presidentes
ministros, obispos, curas pederastas
y un sinfin de rostros de banqueros conocidos.

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