Aquí os dejo un pequeño relato, espero que lo lean y disfruten como yo, al hacerlo.
Los diminutos pájaros llegaron a la hora de siempre. Comieron su alpiste y volaron al norte a eso de las cinco de la tarde. Llegaban siete aves y entre ellas una que tiene entre las alas una pluma de color púrpura. Los demás son de un azul intenso.
En el pueblo corría la leyenda de un niño que vivió al final de la calle principal del pueblo, nació con una raya de color púrpura en el brazo izquierdo. La madre nunca supo a qué se debía esa mancha, ni los médicos y expertos sabían explicar tan curiosa raya. Nadie supo porque y cómo había aparecido en el brazo de aquél niño dicha mancha. Cuentan que el niño murió en los brazos de su madre cuando a penas tenía siete meses recién cumplidos, se cree que fue muerte súbita. Esa rara muerte que ocurre de vez en cuando a niños de pocos meses, para la gente del pueblo - la muerte - de aquel niño, siempre fue un misterio. La madre lloro, lloro... y el padre entró en una profunda depresión. Cuentan que el niño a los seis meses, ya decía sólo una palabra, volar. Un día él mismo fue el que dio a las aves el alpiste. Eso comentan los vecinos. Su madre lo puso frente a las aves, mientras ellas picaban su comida en su manito, dos aves se acercaron; Una le acaricio el brazo con sus plumaje, el otro se le posó en la cabeza, el tercero en el corazón.
Esa noche su madre cuando estaba a punto de acostarle en la cunita oyó un extraño crujido en el interior del pecho, como si algo se hubiera roto dentro, era su corazón, el niño cerró los ojitos y la luz que le iluminaban sus ojos se fue apagando lentamente. La madre al ver, que su hijo se había quedado dormido con una sonrisa entre los labios, en silencio le abrazo con toda sus fuerzas mientras el ruido súbito de un suspiro cerró la ventana de la habitación.
Ella sonrió, mientras una lágrima deslizábase por sus mejillas. Besó la frente del niño y notó como de la cabecita salía un hálito cristalino y un viento suave le acaricio sus cabellos. Mientras transparentes figuras se elevaban y extendían las alas llevándose del interior de su hijo, algo parecido a una nube. El dolor se fue convirtiendo en felicidad a la vez que desaparecían las imágenes de las aves, llevándose la nube cristalina y transparente.
Hoy los vecinos comentan que la madre tiene 112 años. Que las aves siguen llegando, y el pájaro que tiene la pluma de color púrpura sigue desde hace más de 95 años, a la hora de siempre, buscando el alpiste que todos los días - le da - a las cinco de la tarde, la señora que vive al final de la calle principal del pueblo.
Los diminutos pájaros llegaron a la hora de siempre. Comieron su alpiste y volaron al norte a eso de las cinco de la tarde. Llegaban siete aves y entre ellas una que tiene entre las alas una pluma de color púrpura. Los demás son de un azul intenso.
En el pueblo corría la leyenda de un niño que vivió al final de la calle principal del pueblo, nació con una raya de color púrpura en el brazo izquierdo. La madre nunca supo a qué se debía esa mancha, ni los médicos y expertos sabían explicar tan curiosa raya. Nadie supo porque y cómo había aparecido en el brazo de aquél niño dicha mancha. Cuentan que el niño murió en los brazos de su madre cuando a penas tenía siete meses recién cumplidos, se cree que fue muerte súbita. Esa rara muerte que ocurre de vez en cuando a niños de pocos meses, para la gente del pueblo - la muerte - de aquel niño, siempre fue un misterio. La madre lloro, lloro... y el padre entró en una profunda depresión. Cuentan que el niño a los seis meses, ya decía sólo una palabra, volar. Un día él mismo fue el que dio a las aves el alpiste. Eso comentan los vecinos. Su madre lo puso frente a las aves, mientras ellas picaban su comida en su manito, dos aves se acercaron; Una le acaricio el brazo con sus plumaje, el otro se le posó en la cabeza, el tercero en el corazón.
Esa noche su madre cuando estaba a punto de acostarle en la cunita oyó un extraño crujido en el interior del pecho, como si algo se hubiera roto dentro, era su corazón, el niño cerró los ojitos y la luz que le iluminaban sus ojos se fue apagando lentamente. La madre al ver, que su hijo se había quedado dormido con una sonrisa entre los labios, en silencio le abrazo con toda sus fuerzas mientras el ruido súbito de un suspiro cerró la ventana de la habitación.
Ella sonrió, mientras una lágrima deslizábase por sus mejillas. Besó la frente del niño y notó como de la cabecita salía un hálito cristalino y un viento suave le acaricio sus cabellos. Mientras transparentes figuras se elevaban y extendían las alas llevándose del interior de su hijo, algo parecido a una nube. El dolor se fue convirtiendo en felicidad a la vez que desaparecían las imágenes de las aves, llevándose la nube cristalina y transparente.
Hoy los vecinos comentan que la madre tiene 112 años. Que las aves siguen llegando, y el pájaro que tiene la pluma de color púrpura sigue desde hace más de 95 años, a la hora de siempre, buscando el alpiste que todos los días - le da - a las cinco de la tarde, la señora que vive al final de la calle principal del pueblo.
Waooooooo, una historia muy conmovedora y en verdad hermosa, me gusto!!!!.
ResponderEliminarSaludos.
Todo lo que se relaciona con chiquitos a mi me puede de manera especial, me enternece... y hoy no puedo dejar de emocionarme!
ResponderEliminarMe encantó esta historia, esta leyenda...
Saludos!!
Que hermoso relato y suena a leyenda de pueblo chico, muy tierna y estremecedora a la vez... distinto a todos tus post, y en verdad me gustó mucho...
ResponderEliminarBesos!
¿Como no disfrutar? Me ha encantado ;)
ResponderEliminarBesos.
Bello,un hermoso "triste" cuento.
ResponderEliminarJooo, con lo sensiblona que estoy hoy, esta historia me ha puesto aún más, con la lágrima a punto de caramelo. Preciosa historia.
ResponderEliminargracias por compartir
Un abrazo
Es bueno pensar que las personas que queremos, no nos abandonan, sino que se transforman y siguen con nosotros. Como esta bella historia del pájaro con la pluma púrpura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuánta ternura aflora en este relato que contiene ese hálito de misterio necesario para hacernos volar. Abrazos.
ResponderEliminarBonito relato, me ha gustado mucho, tiene todo: ternura, triseza y alegria.
ResponderEliminarEs de esas historias que llegan al corazón, muy bueno.
Un "Biquiño"...
Interesante historia. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarSaludos amigo.
tx, logras plasmar en preciosas imagenes todo tu relato, y eso no es fácil.
ResponderEliminarUn beso.
Que hermosa historiaaaaaa... él era el ave... su marca era del futuro plumaje que tendría... color púrpura...
ResponderEliminarTierno y conmovedor. Triste en partes... pero reflexivo. La madre es la única que supo ver.
Me gusta tanto leerte Tx.
Las dos hitorias de tu side-bar me encantan.
Todo tu blog es tierno y cálido, como vos :)
Un abrazote gordo para ti .... con alas
Si pretendes que se difrute al leerlo, Felicidades, buena lectura para un día como hoy.
ResponderEliminarLas leyendas comienzán por algo.
Precioso relato, que a cualquiera pone a volar... Y me hace pensar algo en lo que firmemente creo: no importa lo fugaz que pueda ser la vida, la intensidad de los días hace perpetuar nuestra presencia... Linda tu prosa, encontrarla un agrado... Abrazos (voladores que lleguen a tu lado ;)
ResponderEliminarMás que triste me ha parecido de una ternura deliciosa, en serio.Precioso.
ResponderEliminarUn abrazo
Es precioso.. Lleno de ternura, de emotividad, inocencia, imaginación y poesía.
ResponderEliminarenhorabuena por este relato, Txanba, es espléndido.
Besos.
acab� pensando que no era una leyenda, gracias!!!
ResponderEliminarbesos
gracias a tod@s por compartir sus impresiones sobre el relato. son las pequeñas cosas como estas por la que vale la pena compartir. aunque sea un pequeño relato, poema y un abrazo.
ResponderEliminarConmovedora y esperanzadora...
ResponderEliminarojala todos pudieramos volar ....despues de una vida anclados ala tierra...
te imaginas?
mil besos tesorooooooooo
hermoso, emotivo, dulce...
ResponderEliminarsólo me queda una duda...si fueron dos aves que se le acercaron, qué fue lo que se posó en su corazón?
un abrazo txanba!
claudia
Es preciosa cariño. Está claro que a ti se te da bien todo lo que escribes. ^_^
ResponderEliminarBesotes cielo
Como tengo loritos...me encantan las historias de pájaros...
ResponderEliminar:o)
BSS
Es lo que sucede cuando nace un alma volátil en un cuerpo terrestre...
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Txamba, la fábula encierra el deseo primigenio de la libertad y la pervivencia en los corazones amados. Todos querríamos tener alas y permanecer en el recuerdo, siempre.
ResponderEliminarUn saludo.
Casi me hace llorar este relato :-( es tan.. no se como describirlo, pero sé, no es triste.. es como demasiado profundo para ser tan simple.. jeje que digo? ni yo me entiendo.
ResponderEliminarHe empezado clases y he estado ocupada pero no dejo de leerte tx ;-)
BESOTESSS! :-*
Voy a guardar esta historia y se la leeré a mis "niños" seguro que opinan como yo, que es maravillosa.
ResponderEliminarUn beso.
La vida es un misterio y algunas historias (como ésta) logran atrapar parte de ese misterio y ponerlo en palabras!!!
ResponderEliminarUn abrazo!!!!
Lidia
siempre es un placer retornar y leerte amigo.
ResponderEliminarUn abrazo Gus.