Tengo un poemario que se enreda
en mis manos y no deja de hacer nudos
cuando quiero encontrar
el que hice pensando en vos.
Abro el escritorio y de los archivos
saco las páginas que se añejan como
el vino, cuanto más pasa el tiempo
los poemas te embellecen,
sí, has leído bien, te embellecen.
Uno describe tu cintura y tus labios
otro disecciona tu cara, tus manos y tu pelo
un tercero dibuja imágenes
que se entremezclan con las
caricias que nunca te di.
Tengo en mis manos una
imagen tuya que me fascina
con tus labios, tus besos,
y tus inquietantes canas
que tímidamente se dejan
ver por mis labios
al pasar por tu cabeza.
Tengo un poemario que se inventa
en el cajón de mis escritos apócrifos
esperan a que alguien los beba
y los lea en una mesa compartida.
en mis manos y no deja de hacer nudos
cuando quiero encontrar
el que hice pensando en vos.
Abro el escritorio y de los archivos
saco las páginas que se añejan como
el vino, cuanto más pasa el tiempo
los poemas te embellecen,
sí, has leído bien, te embellecen.
Uno describe tu cintura y tus labios
otro disecciona tu cara, tus manos y tu pelo
un tercero dibuja imágenes
que se entremezclan con las
caricias que nunca te di.
Tengo en mis manos una
imagen tuya que me fascina
con tus labios, tus besos,
y tus inquietantes canas
que tímidamente se dejan
ver por mis labios
al pasar por tu cabeza.
Tengo un poemario que se inventa
en el cajón de mis escritos apócrifos
esperan a que alguien los beba
y los lea en una mesa compartida.
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