martes, marzo 30, 2010

sortilegios de mi corazón

"no sé, ya ves, ni como sos"
Julio Cortázar.


Cómo no equivocarme
si en vez de escuchar a un canario
escucho la melodía artificial de un coche
que no deja, el conductor, de sonar el claxon
todas las mañanas frente a mi ventana
y que en vez de ver volar aves veo
hierro, metal volando por el cielo.

Cómo adivinar las curvas
que tienen tus caderas
si en vez de verte a ti me veo
a mi mismo en el espejo, todos los días.
Pero te veo clara, silente e
inasible a mis manos, pero estas.

Cómo no sentir el hálito tímido
que el viento me susurra al oído o acaricia mis cabellos,
y me vuelvo porque pienso que es tu expirar el que me acaricia el cuello
Cómo no saber a que huele tus cabellos,
si sólo te he visto una vez las tímidas canas que asoman en tu pelo.

Cómo no creerme que soy a quien esperas
si por más que te escriba sólo tengo
unas cuantas palabras por compromiso y
sigo viendo en ellas
que realmente existo para tu corazón.

Porque a estas alturas
estoy convencido de que
si palpita mi corazón, es porque
cuando te siento o cuando leo lo que tú me escribes,
él, mi corazón, palpita
y como en un sortilegio henchido
viene y te percibe, aunque tú no me digas nada.
él ritmo es más una melodía que suena y suena
como adivinando que te importo.

domingo, marzo 28, 2010

puedo advertir

Veo cómo se aproxima una tormenta
y digo, va a llover, y llueve.
Veo cómo un rayo cae y digo
el estruendo viene después
Leo un libro de poesía y describo
después con mis labios la metáfora
que hizo que me temblara el labio de emoción,

Leo uno dos tres cuatro hasta cinco libros
de alguna filosofía que me hace
ver a mi amigo el vecino de lejos que no conozco
y sufro por él, sufro por ellos
la impotencia se apodera de mi silencio, casi
es parte de mi vida
al saber que la injusticia sigue campando a sus anchas.

Tiembla la tierra y sé que algo sucede dentro de ella
sale la lava de los volcanes y advierto que la tierra
también se calienta de la injusticia que los poderosos
la esquilman, la destruyen esos los del Norte
y al Sur le duele también su piel
y la tierra, siente, sufre y protesta.

Veo las estrellas y sé que esa luz que parpadea
a millones de años luz de mi piel y de tu piel,
es la que salió hace millones de años y ahí sigue
viéndome a mi y a los que están a mi izquierda

Puedo advertir casi todo, entender casi todo
comprender casi todo, a Freud, a Marx, Boff...
pero lo que no sé es
cuando vendrás a mi
y me dirás tu nombre con tus labios y
me mirarás con tus ojos, y sonreirás
y me tomarás de la mano, me acariciarás
el cuello y los labios, y yo, haré lo mismo contigo
eso, precisamente lo humano, lo que tiene que ver
contigo y conmigo, no lo sé ni lo advierto.

sábado, marzo 27, 2010

sigo leyendo libros

Antes leía libros sentado frente a una hoguera
esperando el final con los ojos al sol
Antes leía libros pensando en entender
el verso que sugería alguna metáfora

Hoy, sigo leyendo libros sentado frente a una ventana
y el final siempre lo adivino a las cinco de la tarde.
Hoy, sigo leyendo libros pensando en cómo
esconder el verbo azul que tiene mi pecho.

Hoy la metáfora hasta me sugiere que
la tortuga se cobija de vez en cuando en su caparazón
para esperar a que pase la tormenta.
y yo sigo leyendo hoy
miércoles y a la misma hora
antes de que se apague el sol.

viernes, marzo 26, 2010

después

Después de tanto silencio
Después de tanto esperar
me detengo unos segundos
y escribo, sí, escribo.
Pero no dejo de pensar en ti.

miércoles, marzo 24, 2010

Sn Romero de América.

a monseñor Romero en su 30 aniversario de su martirio.

No me ha comido el tiempo mi memoria
ella palpita tal y
como palpita tu nombre en la historia
No he olvidado tu nombre
el que se oye
en algún rincón de aquellas penínsulas
ganadas por los más pequeños.

Esos humildes pies descalzos a
quienes vos San Romero,
les diste existencia.
Esos angelitos anónimos que llevan en
sus venas la historia de tus palabras
que profetizan o no
el fin de un tiempo marcado por el mal.

Hoy San Romero de América
sigue oyéndose tu voz a pesar de tanta ausencia
y un millón de golondrinas
que vuelan alrededor de
una hoguera nocturnal como
queriendo recibir tu llegada a las
puertas de otro invierno que se acerca para
mojarnos las venas que abiertas palpitan
en las manos de millones de campesinos y obreros
que siguen teniendo en voz, la vos de los sin voz.

lunes, marzo 22, 2010

me abrazo a ti

Tú crees que mis manos no se quiebran. Pues, sí, se quiebran. Tiemblan de pavor cuando no escriben lo que las musas esparcen en mi cerebro. Crees que por ser moreno la piel no enrojece de ternura, o de vergüenza, pues sí, mi piel también cambia de color aunque no se me note, al menos, eso parece. Y en mis ojos, te has fijado cómo miran. Te has fijado lo que dicen, lo que gritan, lo que lloran, lo que no dicen...

Tú crees que no tengo llantos en mis recuerdos sólo porque de vez en cuando guardo silencio, y tú vienes a mi, a ver qué dice esta mañana. Que no tengo lágrimas que de vez en cuando me digan que yo soy uno más que vive en el exilio, y, que el tiempo, a medida que pasa, me lo recuerda más, y cuando eso me pasa, es cuando las lágrimas se deslizan en mis mejillas y me gritan con la afonía que les caracteriza, y lloro, no una vez, cientos de veces, pero en silencio. Y sabías que llorar en silencio es lo más cruel que tiene el ser humano.

Tú te crees que porque vivo con tres monedas de nada no soy feliz, se equivoca la serpiente emplumada como el "galtza gorri"(ese que vive en algún sitio del país vasco), y que a pesar de ello, sigo creyendo en algo semejante a la utopía. Tú crees que no me jugué la vida a creerme, por momentos, que yo era y fui uno más de aquellas guerrillas que soñaron con algo parecido a la utopía. Pues, sí. Lo confieso. Lo intenté como miles de personitas que renunciaron a ellas mismas por y para construir eso que muchos llaman - y llamaron - así por no decir a los cuatro vientos, su nombre real y que es posible.

Te confieso que me duele el alma, me duele el corazón cuando veo que en cualquier parte del mundo se cometen injusticias, por la más mínima... y me clava su puñal en el costado izquierdo la impotencia, en algo parecido al llanto pero en silencio. Te confieso que soy sincero conmigo mismo cuando digo que huí por querer seguir, entre otras cosas, viviendo y porque no seguir escribiendo y vivir por sobre todas las cosas al lado de mi hijo.

Te confieso, que con el paso del tiempo las venas abiertas de América latina se están convirtiendo en algo parecido al llanto, pero en silencio. Y eso, ¡pucha! que duele, duele, y duele... pero de vez en cuando tomo una pastilla para que me alivie el dolor de los pies descalzos y me doy cuenta, entre otras cosas, que eso que muchos llaman y llamaron - utopía, es posible. Y ahí estoy apostándole al amor sin condiciones e intentando subir ese peldaño que muchos llaman...

jueves, marzo 18, 2010

La bicicleta y yo

No pude dejar la bici en el sitio adecuado porque el espacio no era demasiado estrecho para el camión o el autobus que tenía mi vecino. El vecino tiene un autobus y un camión, cuando él llega, aparca, incluso el coche en ese espacio, y a veces, y sólo a veces, queda un sitio estrecho donde, desde cualquier perspectiva que lo mires, y en el recinto, cabe una bicicleta. Yo, sin embargo, no pude dejarla ni "aparcarla", intenté una y otra vez... y nada. La coloqué de las maneras posibles y ella seguía sin entrar, seguía sin entrar en ese espacio enorme para una bici. Al cabo de una hora, me la eche al hombro y sali del aparcamiento mirando pa'todos lados. sí, allí entra un autobús o un camión y de ribete un coche. Pero yo, no pude dejar ni una bici en ese sitio.

Me desperté sudando y con un nervisismo tal que la realidad, en mi cama, me demostró que el sueño me pareció real. Me demostró que aún en ellos, yo, no sé andar en bici. Sí, lo reconozco, no sé andar en bici. Nunca tuve un bici de pequeño. Ahora sí podría, y lo he intentando. Lo reconozco. Me he caído unas cuantas veces al intentarlo.

Una vez, en una calle con un 2% de inclinación, me dejé ir con la bici. Cogí tal velocidad que miguel Indurain era mi imaginación de un tour. A lo lejos una anciana pasa la calle. La miro. Ella antes de pasar la calle me mira. Estoy lejos, camina despacio como eligiendo el sitio para dar el siguiente paso, ella, vuelve a mirar. Y de pronto he desaparecido de la calle. La anciana piensa que ha sido falsa la imagen de ver a un imitador de Indurain aparecer y desaparecer. A la orilla y a pocos metros de la calle y un zarzal, el aprendiz de ciclista yace boca arriba enredado entre tanta meleza y con la mirada perdida en el azul del cielo. Magullado, arañado por la naturaleza con el orgullo entre el sol y la frente, empadado de vergüenza y de sudor, cerraba los ojos de dolor.

Mira que no saber dejar una bici en un espacio gigante para ella. Así son los sueños, nos dejan a veces, hacer lo imposible, como volar, y, el no saber aparcar o dejar una bici.

miércoles, marzo 17, 2010

cinco minutos más tarde.

Me arrebató el aliento con sus labios. No dejó de hacerme caricias toda la noche. Incluso se quedó a mi lado como para saber si realmente yo existía. Ella no quiso quedarse un día, sólo una noche.

He de decir que, con los minutos, mi respiración era cada vez más agitada, el corazón latía ligeramente cruel y rápido. Ella, quiso oír cómo golpeaba a las afueras de mi pecho. Sonrió y me dijo que el sentimiento que le producía el latir de mi corazón era de ternura. Yo - sin embargo - pensé que iba a comerme con sus labios el pecho.

Ella, pasó su mano izquierda por mi abdomen y con sus pequeñas uñas arañaba mi piel como queriendo despertar en mi, el hábito de la ternura, pero la calidez de mi cintura seguía dormida... yo, con los meses había perdido la costumbre de amar de piel a piel, es decir, desnudos. Ella siguió. Yo le cogí la mano, y, le dije casi susurrándole al oído izquierdo - es mejor que no sigas - en el fondo, me moría de que ella continuara con su magreo en mi abdomen, pero contuve mis impulsos animales y le acaricié tiernamente el cabello, mientras tarareaba al oído la canción que le había compuesto. Cinco minutos más tarde y con mi canción de fondo y en susurro, dormía en mi pecho. Mi corazón latía de contento cuando su respiración golpeaba mi pecho . Cinco minutos más tarde, yo también me dormí, al menos eso creo.

ahora sueños

Cómo le explico ahora que a estas alturas del día, las mañanas ahora son otras. Qué le digo si yo siempre le he dicho que a la luz del día me convierto en otro. Cómo le digo que ya no guardo la soledad en la oscuridad y que el sol me hace cosquillas cuando sale. Qué le digo si a estas alturas del día la mano que le brindé en el bar era una excusa para que siguiera sintiendo el latir de mis venas al lado de ella. Cómo sé que soy yo el pésimo condescendiente de un sinfín de edenes y jardines que parecen no afloran nunca ni mucho.

La verdad es que ni sé qué decir ni el cómo... pero no importa, el tiempo , el tiempo viejo otra vez vendrá - dice una canción -.

Son mentiras los sueños son solo eso, sueños que se entremezclan con un montón de emociones, sentimientos, que según Freud, durante el día lo que soñamos lo hemos tenido que sentir, pensar, desear... en fin, los sueños no nos ayudan a ser felices, lo único que consiguen es demostrarnos que seguimos estando vivos aún al dormir.

lunes, marzo 15, 2010

paráfrasis

Un íntimo recuerdo me duele el pecho.

Una caricia que huele a miel sabe más que un beso en las mejillas.

Una canción que sueña con ser melodía es una metáfora

y un oso que duerme en verano es una hipótesis mal argumentado.

domingo, marzo 14, 2010

dudas

Como un remanso de paz
guardo en mi pecho
es la sensación afectiva
de saber que soy sincero
que me descubro al tiempo
con mis utopías y mis silencios.

Me delato enfrentado
a mi propio destino
a la vez que triunfo
escondido
en algún arrecife
de mis emociones.

viernes, marzo 12, 2010

Rutilio Grande

Es imposible no decir nada
en estos días que felices parecen
salidos de un cuento de hadas
vos, Rutilio estás ausente pero
en esas calles y casas de cartón
deambulan hoy tus palabras.

Rutilio no hablar de vos
es como no escuchar la melodía
que suelta el ave que cansina
vuelve al nido después de su jornada
Es como no ver las estrellas
que acarician la tierra y las casas
que de adobe subsisten
a pesar de tanta ausencia
y un millón de parafinas.

Rutilio, fuiste capaz de construir
en un suelo ausente de letras
de las aulas sin libros
de una iglesia sin rostros
a llenar de palabras al indio,
de llenar de libros las mesas
y la iglesia se convirtió
en una trinchera para el amor.

Fuiste el que inicio desde el silencio
en la vida diaria y campesina
y en los cañaverales de aquél
Aguilares que sigue siendo el mismo,
pero suena tu voz todavía, tu sermón
a la misma hora de todos los días.
concluiste la teología de la liberación
con la pródiga entrega de la lucha.



Rutilio Grande: fue uno de los primeros sacerdotes asesinados por el imperio y sus lacayos en El Salvador el 12 de Marzo de 1977. Mártir por la causa de los pobres, supo combinar teoría y práctica..., teología marxista - si al caso cabe en la intelectualidad eclesiástica y puritana - Rutilio, pues, supo combinar en la vida diaria de los campesinos lucha y vida.(aunque a unos no guste esta definición: Teología de la liberación, es eso, marxismo y teología), él fue mucho más allá de las palabras, incluso fue mucho más allá de aquél concepto empírico que algunos todavía llaman reino de los cielo, él, entendió que ese reino empieza ahora, aquí en la tierra pero para conseguirlo habrá que luchar y sólo así podemos construir un mundo nuevo y justo.


... algo más sobre Rutilio en: alta hora de la noche.

miércoles, marzo 10, 2010

un jardín, es un oasis.

La noticia apareció en todos los periódicos del mundo. Unos científicos habían encontrado un oasis en el desierto más árido del planeta. No era un oasis cualquiera. Éste era un jardín. Sí, un jardín con muchas flores, miles de flores, millones de flores. Los periódicos publicaban las fotos en portada y con grandes titulares.

El mundo entero quedaba maravillado de las fotos. ¿flores en el desierto más recóndito y árido del planeta?, se preguntaban. Las cadenas de televisiones organizaban debates con expertos en la jardinería, biológos, etc...Los más puritanos decían ¡es un milagro!. Los más escépticos creían que era un foto montaje. De lo que no había duda era que el jardín estaba ahí. el tiempo fue pasando y el jardín dejó de ser noticia. Al cabo de unos años, ya nadie se acodaba del jardín. Nadie.

Y nadie, nunca, preguntó quién ha hecho posible que en el desierto hubiesen flores. ¿Quién fue el jardinero que había obrado el milagro?. Nadie. simplemente el jardín quedó en el olvido. Como quedan en el olvido muchas de las cosas que pasan en este planeta llamado tierra.

martes, marzo 09, 2010

algo que tiene que ver conmigo

esto va por capítulos.

El café

Por estas calles grises que habitan mis pasos, me doy cuenta de mi escuálida salida hace ya unos cuantos inviernos. Ellos, me recuerdan, que realmente sigo vivo y existo. Deambulo por estas calles y me aparto de mi exilio como queriendo esconderme en algún efugio que todavía yace en mi memoria, haciéndome cosquillas a la intemperie.

Es como descubrir que el exilio realmente es atroz, quiere pervertir la memoria de quien la lleva a cuestas, y, en algún sitio de este tiempo que huele a café de pucheros en brazos de doña María, la abuela, que a eso de las cinco y de todos los días, nos ofrecía en el cafetín de ciencias sociales. Cómo recuerdo su olor fresco y suave. Si algo más echo de menos, además del café a las cinco, son las pupusas* con lorocos* mmm, todavía suena su olor caliente en mis fosas nasales. Incluso recuerdo aquél café que sorbía en una esquina marchita por las lluvias esperando algún compañero anónimo, que me llevará a dormir a no sé qué habitáculo clandestino.

Cómo me duele el recuerdo de Mario, el compañero que sobrevivió a los escuadrones de la muerte, y ahora vive, igual que yo en el exilio y en algún lugar de Australia. Mario compañero y amigo, vivimos este exilio como algo que llevamos en la ceniza de nuestras campaña en plena selva extrajera. Recuerdo la última vez que él supo escabullirse de las garras de las bestias. Solo, y ellos cuatro. Lo cogen. Lo tiran al suelo..., y en un descuido, en unos segundos de descuido, mira desde el suelo la única salida. La calle que se alarga con su negro asfalto en su frente. Es el momento y sin dudarlo se levanta, corre, corre, y ellos, disparan, disparan, uno dos tres cuatro casquillos al suelo y la quinta o la sexta de las balas penetra en tu pierna pero tú sigues, sigues... y sigues. Allá estás en algún lugar de Australia. Recuerdo el dolor que te produjo sacarte la bala de tu pierna y sin anestesia, recuerdo tantas cosas, Mario, que el dolor recubre, otra vez, mi memoria.

Te acordás Adolfo, las veces, que en la cárcel sorbimos café con algún que otro preso político. Cómo imaginar que mis visitas se convertirían en el único eslabón entre el mundo de la lucha en las calles con el mundo de tu lucha en la cárcel. Las huelgas de hambre, tus huelgas de hambre, y la última de 42 días que casi te lleva la vida..., y pensar que te nos quedabas dormido para siempre en la cama de esas cárceles casi clandestinas que todavía existen. Te acordás, hermano compañero amigo, los libros prohibidos que te supe llevar; el materialismo dialéctico, el histórico que yo supe cubrir con las fotos de Monseñor Romero, además el riesgo de quedarme para siempre en la cárcel era como el de cualquier otro estudiante universitario, pero la suerte del analfabetismo de los funcionarios de prisión, siempre jugo a nuestro favor. Ellos, leían Biblia, donde decía Capital, donde decía materialismo histórico, leían nuevo testamento.

Cómo no echar de menos a Eva, Candi, si eran tus únicas canciones de amor que conocías hasta entonces. Y cómo supe descubrirlas y hacer que por lo menos, cada o jueves o domingo, vos y ellas estuvieras por lo menos unas horas. Eran hermosas tus hijas en tus brazos, y sólo recuerdo, cómo, siempre, y a la salida, ellas, las dos en mis brazos, levantaban las manitos diciéndote adiós.(pero esto lo dejo para otro apartado, mejor, ¿vale?, que si para vos es doloroso para mi, no te imaginás). en fin, le ganamos a la muerte, le ganamos al gobierno y a sus escuadrones de la muerte, que siguen ahí palpitando en la oscuridad. Le ganamos, porque no, a los gringos, asesinos-mata-sueños. Solos, vos, Israel y yo, le ganamos al mundo que hasta ese momento conocíamos, el pulgarcito de América.

Oh, exilio que atrofias mi memoria, me duele saber que desde hace tiempo estás conmigo. Me duele darme por vencido y asirme a tus brazos como cual abandonado por el tiempo y los recuerdos. Oh exilio, mi hermano, mi enemigo, mi memoria artificial cotidiana, cómo odio tu nombre y cómo me recuerdas que,de momento, y desde aquí, en Bilbo, mis manos y mi corazón ..., palpitan, a pesar de que tú, me duelas la memoria y los años con sólo mencionar tus siete letras.

Tengo en mis manos, sí, una taza de café, no sabe a aquellos, los de la abuela María... pero sigo tomando café, y, es el culpable, de que todos los días me recuerde, que sigo en este exilio habitando unas calles, y una luna y un sol.



*
lenguaje salvadoreño

lunes, marzo 08, 2010

hay mujeres

parafraseando a Bertolt Brecht

"hay mujeres que luchan un día y son buenas
hay otras que luchan un año y son mejores
hay quienes luchan muchos años, y son muy buenas
pero hay las que luchan toda la vida, esas son las imprescindibles."

domingo, marzo 07, 2010

la misma palabra

"el silencio conspira contra algo
y ese algo lo llevo aquí en mi pecho"
Mario Benedetti.


Hay demasiado silencio en mi ventanas
cuando abro los ojos a las mañanas
el silencio ya está presente
se regodea en mí como cual
azafrán se queda en la ropa.

Hay demasiado silencio en mis libros
cada vez que abro uno
siempre aparece el mismo verso,
la misma palabra, y eso duele, ahí está,
y eso que tengo doscientos libros
en mi pequeña biblioteca,
también en ella, hay demasiado silencio.

Hay demasiado silencio en mis ojos
por más que hable ellos no ven
por más que grite ellos no se abren
por más que me sincere en mis versos
ella, no palpita, ni un ápice el quicio del
que están hechas mis puertas.
tal vez porque ella quiere a ella y no a él.

Hay demasiado silencio y todo
por querer asirme cual naufrago a ti.
Dejaré de querer atrapar
tus manos tu cintura,
mientras el silencio me acompañe
siemprem en esta tempestad en la que se
han convertido mis libros.

Hoy soplan vientos de mucho silencio
y sigues aquí, sin decir nada.

viernes, marzo 05, 2010

estoy vivo

"es útil amor mío que comprendas
lo difícil que ha sido no morir"
Mario Benedetti. Del poema no morir. Inventario Cuatro

Me gustaría estar despierto
el día en que la quimera
de la vida, me atropelle el silencio.

Dormir sólo hace que sueñe
y sueños que no me llevan a nada
me palpitan las venas cuando
el tiempo pasa despacio
o cuando el cansancio
me sumerge en este desvelo..

Me gustaría poder decir despierto
que es cierto que la vida llega
pero no puedo ni asirme a tu almohada
no importa, si el palpitar fecundo
conmueve mis emociones
sólo sé que existo y es porque estoy vivo.

jueves, marzo 04, 2010

acércate

vamos a encontrar juntos
lo que buscamos por separado.

Tú sabes que lo que busco
lo tienes tú,
y yo tengo lo que tú buscas.

Pero qué es lo que nos impide
a descifrar entre los dos las caricias
qué es lo que nos impide
sí, a los dos,
saber a qué saben
por ejemplo,
tus labios, los míos, los besos,
los abrazos, los buenos días...

Tenemos tanto en común
que nos da miedo
dar el siguiente paso, que es,
acercarnos un poco
y
si quieres me miras a los ojos,
y yo
te veo los dientes, ya me entiendes, ¿no?.
Aprendamos entre tú y yo
a acercar un poco los labios,
o, si quieres a acariciar nuestros cuerpos
con algo parecido al amor.
Acércate que de vida
tenemos sólo una.