martes, octubre 20, 2009

Diario de un ausente.

Este día ha amanecido helado, sí, helado. Afuera el tiempo parece congelarse en aire, las aves se apoderan de las ramas y de cualquier efugio que les proteja de este frío que calan mis huesos. Hoy no veo pasear a los ancianos, ni veo novios sentados en los bancos del parque, parece que el tiempo se ha quedado frío en las manos de quien sabe qué demonio esta mañana en que ni el silencio se oye.

Las nubes no quieren dejar que el sol acaricie los rostros de las mil y una aventuras que solían recorrer estas calles repletas de gentes, cuando hace sol, hasta las luciérnagas se marchan esas noches. Parece que va a ver tormenta, eso dicen, los telediarios, algunas gotas han caído. Es otoño y el frío de invierno parece que quiere, esta vez, irrumpir antes de lo previsto. Las hojas poco a poco deciden dejar las ramas de quienes han sido su instantánea pero fecundo alimento...

El frío esta mañana y antes de tocar la guitarra, otra vez en desafino, se quedó sin su canto, he tenido que afinar tiernamente las melodías de las cuerdas. Se ha quedado dormida la guitarra en mis piernas, mientras mis dedos acariciaban cual melodía recién buscada de la noche. Y sí, por fin sonaron las cuerdas, y esas voces, sí esas dulces voces que tienen ahora las cuerdas le dan las gracias a tus manos, porque fuiste vos quien dejo crecer el tiempo en ese día, tan frío como hoy.

Esta mañana, hay recuerdos, muchos recuerdos. Se me quedan palpitando en la orilla de mi memoria. Las insinúas caricias que nos dimos el día de la tempestad del frío. Tú no te acuerdas, porque en ti jugaba ese sentimiento de engaño, entre mis manos, la guitarra, las cuerdas y tu amante. Tú no estabas sentada al lado de los elefantes, no, ese era un simple recuerdo en este frío día que hoy, se empecinó en ser más frío de lo habitual para estas fechas de otoño.

Pero me quedo con el calor que despedían tus manos al son de mis caricias. Me quedo con tu nariz sonando desperdicios nasales en el camino hacia la madurez del día. Esta mañana hace frío y eso que estas ausente en este pequeño itinerario que recién termino.

2 comentarios:

  1. ay, qué hermoso lo que has escrito, cuánta energía del recuerdo, cuánta fuerza, cuánto amor... me gustó mucho esta frase: "esas dulces voces que tienen ahora las cuerdas le dan las gracias a tus manos, porque fuiste vos quien dejó crecer el tiempo en ese día"
    ...dejar crecer el tiempo... qué fuerte esa imagen, me hizo sentir que es real eso que decís, el tiempo crece cuando se lo deja crecer, y al crecer se profundiza, se hace tierno, se hace bello, se hace fuerte,
    ...esas manos que le dan las voces a las cuerdas, esas manos seguramente te abrazarán aún más fuerte y te dirán con sus dedos que te quieren en la caricia, que es la misma caricia que vos imprimís a las cuerdas

    no puedo decir nada más que leeré nuevamente el diario de alguien que ya no está ausente
    un besito

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  2. Sencillamente bello, encantador... a pesar del frío que describes, tus palabras transmiten el más rico calor humano. Enternecedor. Mi aplauso amigo Txanba.
    Mil besitos!!!

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