martes, diciembre 01, 2009

Uno recuerda tantas cosas

Uno recuerda tantas cosas a la orilla de un río
la mano del viejo pasando por tus mejillas.
el beso de un novia que sólo sabe una vez
el vuelo de un ave que recoges del suelo
y la acompañas hasta que otra vez, vuela.

Uno recuerda tantas cosas a la orilla de un río
un niño pidiendo pan en la esquina del parque
un anciano que camina lento por el camino rural
y se detiene, mientras observa silente, las hojas
que se mecen al calor del viento de un otoño.

Uno recuerda tantas cosas a la orilla de un río
el aroma de una noche que se quedó en tus labios
las caricias que supiste dar en el momento justo
el beso que se detiene en el preciso instante
en que se enfrenta a los labios de tu amada.

Uno recuerda tantas cosas a la orilla de un río
los zapatos nuevos de la infancia, la camisa, el pantalón
el chándal con el que jugabas al fútbol en tu escuela
la portería en la que aprendiste que el balón en la mano
si viene con tanta fuerza del pie del que lanza, duele.

Uno recuerda tantas cosas a la orilla de un río
saber que el invierno se acerca mientras
las hojas de la infancia revolotean en tu mente
las caricias de tus padres, el abrazo inocuo de tu novia
el beso clandestino en una calle oscura de esta ciudad.

4 comentarios:

  1. A la orilla de tu río, has dejado una sucesión de imagenes contemplativas de la niñez, volvemos a ella a menudo, a esos recuerdos que nos hicieron, me ha gustado mucho ése beso que sólo sabe una vez, pero perdura.

    Saludos cordiales

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  2. Y es bueno recordar tantas cosas, amigo Txanba. Porque lo que no se recuerda, simplemente es que no ha sido.
    Hermosos versos.
    Mil besitos!!!

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  3. a la orilla de mi río, el Paraná, recuerdo la pesca de las mojarritas que hacía de pequeña, caminando descalza con la caña en el hombro... recuerdo a mi padre, a mis amiguitos...
    a la orilla de mi río, observo que en sus aguas marrones juegan las aves, y al mirarlas recuerdo el benteveo que todos los días se asoma a mi ventana, curioso, con su pecho amarillo...
    a la orilla de mi río, recuerdo el primer beso... recuerdo el susurro del agua, el color y el olor del día de ese beso...
    y también a la orilla de mi río recuerdo y veo a los pobre que sólo del río viven, en él encuentran su alimento, en él se refrescan, en él se divierten, en él viven... y en él mueren...

    y a la orilla de mi río, todos los días, recuerdo tantas cosas, amigo, porque el río es como un espejo de nuestra propia vida...
    el río fluye y no deja de ser él mismo aunque su piel vaya cambiando, aunque el tiempo deje mella en nuestros cuerpos, como en el cuerpo de un río...
    así como el río recibe aportes de tantos riachos y corrientes pequeñas, clandestinas o no, así nosotros somos ríos... con aportes de tantos otros, y así como ellos, también llegamos al mar, como el río... y allí nos entregamos, como se entrega el río... allí nos fundimos en el abrazo infinito, las aguas se disuelven unas en otras y el color de mi río se entrega al color del mar, y el mar lo recibe, pleno, brillante, refulgente de sol y cielo...

    cuántos recuerdos a la orilla de mi río... te invito a que lo disfrutes y sueñes en él un sueño de río marrón que te arrulla con sus aguas...

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  4. Tantos recuerdos fluyendo como aquel torrente,
    Lo vital es dejarlo correr libre, mientras te deleitas con tu rió de emociones,
    Saludos, parabienes…!!!

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