lunes, mayo 07, 2007
Confieso.
Me concentro en el silencio
me veo en la nada
de seguir siendo nada.
Atravieso el espantapájaros
de un rascacielos
y lo derrumbo silenciosamente
con mis pensamientos mal sanos
de la serpiente emplumada.
Me intuyo díscolo
impaciente,
y continúo con el verso
que delate mi inhóspita
canción desafinada del amor.
Mi rebeldía es sediciosa
iconoclasta y hasta perversa
pero me gusta sentirme
por momentos, un demonio
que se desnuda
con la mística de una
sabiduría animal
de la que estamos hechos
los seres mundanos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Notable!, gracias por invitarme. En esta mañana he leido con apuro, pero no por ello he disfrutado menos. Volveré.
ResponderEliminar