lunes, noviembre 23, 2009

Oda a nadie

Oíd ahora el relato triste de una luciérnaga
vuela a ciegas a plena luz del día.
Oíd el clamor de un espantapájaros a plena luz
que no espanta más que mariposas
Oíd ese llanto que sale del fondo de una madriguera
que arrebatadas están sus hitos esta mañana.

Acercaos y veréis que nada es lo que parece
si creéis en los ángeles no veréis jamás las nubes
pero si creéis en vosotros mismos
veréis, además de las nubes, a dios, si que existe.

Acercaos amigos míos y subamos las escaleras
que nos lleven a donde termine el insensato
horizonte de las mentiras...
Acercaros a los dientes medianos de un hipopótamo
y descubriréis que nada es lo que parece.

Oíd pues ahora que estoy a punto de decir la última palabra
Oíd cómo cae la lluvia en este otoño y roza mi cabello
Oíd escrupulosos el latido de mi corazón para que os quedéis
con los brazos abiertos al amanecer de este mediodía.

7 comentarios:

  1. Ay...
    es difícil competir con las mariposas que se espantan y con las aves que se posan en los hombros del espantapájaros para escuchar sus cuentos, sus historias, sus anhelos..., ese mismo que con sus brazos abiertos abraza y ama, que sólo necesita que le entreguemos un ratito el corazón y compartamos así su tarea de vigilia eterna...

    en esos brazos abiertos veo posarse a las luciérnagas que dibujan palabras en la ropa, con sus luces bonitas... con esas luces escriben amor, caricia, ternura... dibujan flores, corazones, caracoles y solcitos... depositan besos... sí, besos migrantes...

    y las nubes, esas que son ángeles para algunos, dejan caer sus lágrimas cuando ven a las luciérnagas escribir en esas ropas, y al hacerlo refrescan las sienes de nuestro amigo, lavan sus dolores, borran sus pesares...
    por eso la lluvia de otoño es suave y constante, porque en otoño siente más nostalgia de las largas horas de luz del verano, entonces las nubes lo circundan, lo abrazan, y así borran su pena...

    subamos las escaleras, Txanba, vamos, lleguemos hasta la planicie que nos muestre la verdad y la razón de la vida... subamos, pero subamos despacito, subamos al ritmo del latido del corazón de los brazos abiertos que en el amanecer de este mediodía se entregó a la vida...

    ya la oda no es una oda a nadie... ahora es una oda al amor y a la vida... ¿estás de acuerdo? ¿sí?
    entonces subamos las escaleras...
    ¿quién más se anota?

    ResponderEliminar
  2. Se você pensa como os gatos, experimente o ponto de vista dos ratos...
    Essa é a mensagem de um conto infantil famoso, que seu poema reafirma, Txanba.
    Muito lindo escrito, muito verdadeiro e eu AMEI.
    'Se você acredita em anjos não verá as nuvens nunca'...

    ResponderEliminar
  3. Oid...y descubrireis que nada es lo que parece.
    Oid el latido de mi corazon...
    Los brazos abiertos al amanecer de este mediodia...
    Que hermosos tus versos, que lindas palabras, que bellos sentimientos amigo Txanba.
    Una vez mas, un verdader placer leerte amigo mio.
    Mil besitos!!!

    ResponderEliminar
  4. A veces las cosas no son lo que parecen, ni por cerca, lo sabemos y nos seguimos engañando.... y sobre todo estoy de acuerdo con vos en cuanto que si creemos en nosotros mismos veremos las nubes y el cielo.
    Un abrazo fraterno

    ResponderEliminar
  5. Anónimo4:40 p. m.

    Si confiesas con tu boca que Jesucristo es tu Señor y crees en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salv@.

    Romanos 10.

    ResponderEliminar
  6. y acaso hay algo???
    Un besito.

    ResponderEliminar
  7. De repente al leer ese poema me remonté a LA VENTANA EN EL ROSTRO de ROQUE, leo tus poemas y me hace falta ver al dolor, como Dalton o la mayoria de poetas de mi país siempre está presente; el dolor mi estimado amigo también libera, aunque de manera misteriosa.

    ResponderEliminar